viernes, 9 de octubre de 2009
¡Me colé!
Y ahí estaba ella. Tan inocente e incrédula como la primera vez que la ví, increíblemente guapa cual muñequita de porcelana, muñequita de sus besos y colgada aún en sus ojos verdes y penetrantes como una niña que vende sus zapatos de bailarina a cambio un chupa-chups.
Sus manos revoloteaban sobre su flequillo rubio y lo manipulaban a su antojo, que tanto cambiaba. Su sonrisa derrochando un poco de brillo ante aquel grupillo de muchachos -de los cuales no había uno que no supiese a quién pertenecía aquel rojo corazón- y sus labios inquietos entre palabras y carcajadas, sin saber muy bien cómo actuar exáctamente, pero a mi excepción, nadie lo notaría. Ella ya tenía gran facilidad para manejar situaciones como aquella.
Se giró violentamente y me miró a los ojos. Yo, aún en estado de shoc, seguí mirándola hasta que sonrió y corrió hacia mis brazos que tanto añoraban sus abrazos.
Los abrazos de mi pequeña Grandi :)
{Me cuelo como mariposa en tu estómago o como vodka en tus bragas, para dedicarte estas palabras}
Te Quiero
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