Mientras yo escribía sobre tu mano -mi papel- mil húmedos “tequieros” con esa pluma.... que eran
mis ojos, tú sostenías mi centro de sentimientos...y rozabas con tu suave mano de terciopelo mi
pecho, y notabas los latidos de mi rojo pasión como si fueran los tuyos propios...cada sístole y
diástole iba dedicada a tí... tu mano de papel me acariciaba y me ibas quitando la mojada tinta que
salía de la cristalina pluma de mi rostro, con una delicadeza suprema...como si yo fuera una
muñeca de porcelana que se despedaza tan solo con una fuerte mirada, por eso me mirabas tan
dulcemente, por no querer despedazarme; e ibas transcribiendo cada llanto en el papel, como una
bonita canción.
DIOS.
ResponderEliminarDIOS.
DIOS.
DIOS.
cristalina pluma de mi rostro
mojada tinta.
por eso me mirabas tan dulcemente, por no querer despedazarme.
ALUCINANTES.